El agua es esencial para nuestro organismo ya que, además de hidratarnos, ayuda a regular nuestra temperatura corporal, es necesaria en multitud de reacciones enzimáticas, afecta al rendimiento intelectual ... de hecho, si pasásemos unos días sin ingerir agua moriríamos. Por tanto, en este post repasaré algunos mitos muy extendidos en torno a este nutriente esencial
Hay que beber 2 litros de agua al día
La cantidad exacta es muy difícil de determinar ya que depende del sexo: los hombres y las mujeres tenemos una composición corporal distinta, la edad, el grado de actividad física, la época del año, el tipo de dieta...
Por norma general la EFSA recomienda que los hombres ingieran 2,5 litros de agua al dia y las mujeres 2 litros pero el 20-25% de éstas necesidades hídricas se obtienen a partir de los alimentos: los vegetales, las frutas, la leche ... por lo que la ingesta se reduce a 2 litros por día en caso de los hombres y de 1,5- 1,6 litros al día en el caso de las mujeres
El agua engorda
Un mito muy extendido es que el agua si se toma durante las comidas engorda; esto es totalmente falso . El agua no aporta calorías por lo que es indiferente si se toma antes, durante o después de las comidas
Todas las aguas son iguales
Cualquier agua, sea del grifo o natural siempre que sea potable, sirve
para hidratarnos, pero el origen y composición no es siempre el mismo
El agua, además de hidratarnos, es una fuente importante de minerales; el tipo de mineralización de cada agua mineral natural (agua no sometida a depuración ) depende del origen del agua, ya que el terreno en el que aflora desde los acuíferos contiene tiene diferentes concentraciones de minerales disueltos que llegan al agua, ésto provoca diferencias de sabor por lo que aunque nos han contado miles de veces que el agua mineral es un líquido sin color, sin olor y sin sabor, ésto último especialmente no es cierto ya que tanto el agua mineral como el agua de grifo puede tener diferentes matices de sabor dependiendo de las concentraciones de minerales disueltas en el agua
- Mineralización muy débil, aquellas cuyo residuo seco es menor de 50 mg/l.
- Mineralización débil, las aguas cuyo residuo seco es mayor de 50 mg/l y menor de 500 mg/l.
- Mineralización fuerte, las que tienen un residuo seco mayor de 500 mg/l.
En general, las aguas de mineralización muy débil son aptas para
todo el mundo, desde bebés a personas con problemas renales o de
hipertensión
Por norma general, las personas con tendencia a
desarrollar cálculos renales, deben evitar las aguas fuertemente
mineralizadas, y los hipertensos las aguas con elevado contenido en
sodio
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